Vergüenza roja

DAVID UZCÁTEGUI | Concejal de Baruta 

Lunes 12 de Marzo de 2012

 El pasado fin de semana vivimos uno de esos episodios que definitivamente necesitamos dejar atrás como país: la visita del candidato presidencial de la Unidad Henrique Capriles Radonski al sector Cotiza, fue atacada a tiros por sujetos irregulares que estuvieron a punto de provocar una tragedia.

Cuesta analizar en frío un acto tan inconsciente y cobarde; pero es lo que toca para medir el tamaño de su insensatez.

Lo primero es la provocación. La visita del candidato presidencial de la alternativa democrática fue preparada con suficiente antelación y se sabía de su presencia en San José de Cotiza desde hacía varios días. Esto fue suficiente para que grupos oficialistas organizaran “casualmente” –la misma “casualidad” de las invasiones- una actividad en el mismo sector, el mismo día y a la misma hora.

Los vecinos de la zona apuntaron un detalle curioso. Ese grupo de personas con franela roja no eran los militantes del oficialismo que habitualmente hacen vida y activismo en ese sector, lo cual es lícito y deseable. Pero estos no. Eran otros. Eran desconocidos.

Y estos desconocidos atacaron con motos, armas y violencia un acto civil, democrático, pero sobre todo desarmado.

Hubo heridos. Pudo haber consecuencias fatales para el candidato, su equipo o los vecinos que asistían al evento.

¿Y cuál es la reacción del gobierno? Hubo varias. Unos se desmarcan de los vergonzosos hechos sin conseguir cómo hacerlo; otros más los defienden como héroes y todavía hay algunos que, en la mejor tradición del nazismo, echan la culpa a las víctimas, intentando forjar montajes que generen confusión sobre lo sucedido.

Son numerosos los episodios similares que han ocurrido en esta década larga y son muchas las organizaciones no gubernamentales –satanizadas por el gobierno- que llevan registros de este modus operandi que conforma un patrón, una política que habla muy mal de quienes la inventan, de quienes la aplican y que les gana el rechazo de una sociedad trabajadora, con principios, que quiere vivir en paz y mejor.

Por si fuera poco, otra vez fue agredido un equipo de la televisora de noticias Globovisión en medio de los hechos. Fueron amenazados con armas y les robaron su cámara, probablemente en el afán de decomisar las imágenes de lo sucedido.

Pero este objetivo no se cumplió. Había representantes de otros medios, sin contar con que, ya en la segunda década del siglo XXI, muchos de los presentes tenían celulares con cámaras. Son ciudadanos participativos, vigilantes y activados. El peor peligro para quienes quieran actual mal a la sombra.

Sobraron las imágenes de lo sucedido y varios ciudadanos valientes identificaron a los violentos con nombres, apellidos, cargos y demás nexos con el gobierno, dejando así al oficialismo con una papa caliente en sus manos.

Las redes sociales entraron en ebullición, reproduciendo y multiplicando fotos e informaciones a pocos minutos de los sucesos. Y el repudio fue total, empezando por los mismos vecinos de Cotiza, quienes enfrentaron a los antisociales y protegieron al candidato de la alternativa democrática. No se necesita más evidencia de lo que queremos y lo que rechazamos los venezolanos.

La realidad, los hechos, obligan al gobierno a controlar seriamente a los factores más radicales de su tolda política. El rechazo es masivo, incluso dentro de sus propios militantes, quienes se avergüenzan de estas acciones. Por eso, muchos de ellos simpatizan con el discurso conciliador, de paz y progreso que trae Capriles Radonski como abanderado de la alternativa democrática. Vamos a jugar limpio, el pueblo nos está observando.

                                                                     Presidente del Concejo Municipal de Baruta                

                                                                     Candidato de la Unidad a la Alcaldía de Baruta