DAVID UZCÁTEGUI | Concejal de Baruta
Lunes 11 de Julio de 2011
El Proyecto de Ley Especial de Endeudamiento Complementaria para el Ejercicio Fiscal 2011, aprobado en primera discusión el pasado 12 de junio, hace crecer profundamente las contradicciones del mal llamado socialismo del siglo XXI, de la supuesta revolución.
Se sigue adelante con lo que ha sido el signo nefasto de esta década en materia de administración, de una pésima administración: se recibe más dinero que nunca antes en nuestra historia, se gasta como jamás antes se había hecho pero los resultados nunca habían sido tan patéticos, tan lamentables, tan intangibles.
Se consumen los reales, no hay obras, no hay hechos, no hay la calidad de vida, y ahora nos endeudamos, en el período de mayores ingresos por concepto de petróleo de nuestra historia. El más sostenido y por mayor tiempo.
Pero sigamos viendo cómo los números no cuadran: con la aprobación de esta Ley el presupuesto nacional asciende a Bs. 204 mil 208 millones, lo que significa un incremento de 28% respecto al de 2010.
En el presupuesto de 2011 se calcula prudentemente el precio del petróleo en 40 dólares el barril, con una producción de 3 millones 176 mil barriles diarios y un volumen promedio de exportación de 2 millones 675 mil barriles, en tanto que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se estimó en 2%, con una tasa de inflación anualizada entre 23% y 25% y un tipo de cambio de Bs. 2,60 y Bs. 4,30 por cada dólar estadounidense. Quienes se oponen a este proyecto de ley aseguran que el precio promedio del petróleo durante 2011, principal ingreso del país, se encuentra 120% por encima de lo estipulado en el presupuesto nacional. ¿Qué sucede con esta gran tajada de ingresos no contabilizada en el presupuesto nacional?
El mencionado proyecto autoriza al Ejecutivo Nacional para que contrate operaciones de crédito público hasta por un monto de 45 mil millones de bolívares, o, lo que es lo mismo, 10.465 millones de dólares, para supuestamente desarrollar las misiones Agrovenezuela, Vivienda, Trabajo y enfrentar los problemas generados a raíz de los desastres naturales ocurridos en los últimos meses en nuestra patria.
De nuevo y en el más puro estilo populista, el conglomerado oficialista se escuda en propósitos que a primera vista lucen loables para saltarse las más elementales reglas, leyes e incluso el sentido común, el cual parece querer ser abolido por quienes se empeñan en reinventar la rueda.
Pero se desmorona la mampara de la excusa cuando leemos lo que alegó el diputado Ricardo Sanguino, presidente de la Comisión Permanente de Finanzas y Desarrollo Económico para defender la mencionada ley: “El objetivo es incrementar la producción nacional, garantizar la soberanía agroalimentaria y proteger al país de la crisis mundial de alimentos, con la participación de todos los productores, tanto del sector privado como público, para la inversión en sectores estratégicos.”
Si ese fuese el interés, nunca se hubiera atacado a la iniciativa particular, a los productores y empleadores privados. O en el mejor de los casos, se hubiera dado marcha atrás a tan devastadora política que ha sembradote miseria al país. También suena a contrasentido pretender protegernos “contra la crisis mundial de alimentos” importándolo prácticamente todo.
Menos aún cabe hablar de los más de cien mil damnificados por las lluvias. Si bien el evento natural hubiera desbordado las capacidades de cualquier gobierno, también demostró que hay una casi nula preparación para atender las emergencias.
Los número son mienten. No cuadran. No se pueden esconder con retórica ni efectismo emotivo. La matemática no se somete a la revolución.
*Presidente del Concejo Municipal de Baruta
*Twitter: DavidUzcategui
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