Lunes 15 de octubre de 2012
Tras la intensa jornada electoral
vivida el pasado domingo, son muchos los sentimientos
encontrados, amén del desgaste que dejó una campaña corta pero –o precisamente
por eso- de alto contenido emocional.
Quienes sabemos que la ruta
democrática consta de estaciones, tal como si viajáramos en un tren, sabemos que estamos más cerca del destino, que
hemos avanzado y que la percepción del viaje
depende del cristal con que se mire.
Y aquí es donde nos permitimos anotarnos entre quienes
reafirmamos un éxito la dura jornada cumplida. Vamos a volver atrás, y veamos
de nuevo cuando se nos criticaba que no teníamos un rostro, un liderazgo: hoy
tenemos a Henrique Capriles Radonski, escogido en
unas elecciones primarias en las cuales acudieron
contra todo pronóstico más de tres millones de personas
y hoy refrendado por un sufragio que duplicó ampliamente el de aquella ocasión.
Se decía que no seríamos capaces de entendernos, de
ponernos de acuerdo. Pues bien, hoy presenciamos la más amplia coalición de
partidos de la historia de Venezuela, tras un diálogo
complejo y largo que logró abrir espacios para todos los matices políticos y de
pensamiento bajo un solo techo.
Crecimos en más de dos millones de votos y alrededor de 10
puntos porcentuales respecto a los anteriores comicios presidenciales de 2006,
también logramos disminuir la abstención.
La nueva fuerza política que estamos creando ha demostrado
que sí hay un camino. Especialmente porque logramos conquistar el voto de
millones de venezolanos presentando una campaña con propuesta, con argumentos,
con sensibilidad social hermanada a la necesaria gerencia. Nos negamos a caer
en el discurso fácil o a comprar atajos facilistas de promesas de fachada o de
lenguaje barato, y vimos que valió la pena.
Valió la pena el recorrido maratónico de nuestro candidato
por rincones de nuestra patria inexplorados por las fuerzas
políticas. Valió la pena no pisar el peine de las provocaciones. Valió la pena
ver las gorras tricolores en las calles o que te saludaran con la frase “Hay un
camino” en el kiosco o en la panadería.
Hoy, todos unidos somos una fuerza
política reconocida por el gobierno. Hoy se habla de diálogo. Nuestra presencia
en las calles, nuestra voluntad, ha rebajado la temperatura recalentada que
traía el país. Más que nunca estamos en posición de exigir reconocimiento y de lograrlo.
Y ahora, bajo un techo tricolor, nos enfocamos en la cita de diciembre, las elecciones de gobernadores.
Desde esta tribuna hemos defendido el principio de la descentralización, no
solamente porque creemos en ella; sino porque hemos palpado sus beneficios para la ciudadanía.
Recordemos que nuestros candidatos ya se eligieron en las
primarias del 12 de febrero, que cuentan con una legitimidad incuestionable, que
son líderes surgidos de sus respectivas comunidades
y que tienen el trabajo como aval transparente y efectivo para sus
aspiraciones.
La ruta democrática, el camino, nos ha llevado a victorias
electorales en el referendo de 2007, las regionales de 2008 y las
parlamentarias de 2010. El escenario está servido para seguir avanzando y para
crecer. Parafraseando una famosa canción, diremos nuevamente que hay un camino,
se hace camino al votar. No paremos de trabajar. Faltan apenas dos meses para
la nueva cita y los presagios anuncian victoria.
Vamos a ganarla, vamos a participar de ella.
*Candidato a la Alcaldía de Baruta de la Unidad
*Twitter: DavidUzcategui