Lunes 06 de agosto de 2012
Con su visita al sur del estado Aragua, el candidato de
la Unidad Democrática Henrique
Capriles Radonski completó los primeros cien pueblos
visitados durante su campaña presidencial.
La energía
y el entusiasmo con el cual se llegó a esta meta permiten decir que es apenas el principio de una
campaña que ha sido concebida como especialmente intensa, como intensas son las
necesidades que actualmente confronta el pueblo venezolano.
Su recorrido por Villa de Cura, que marcó el primer centenar de poblaciones, estuvo signado por graves quejas de sus
habitantes, como inseguridad, falta de universidades y escuelas, vialidad destruida y
agua contaminada.
Estos tristes señalamientos coinciden con los hechos en
buena parte de las localidades visitadas en el último mes.
Hay un diagnóstico claro de lo que hace falta, de lo que se necesita, de lo que
se ha abandonado. Y no es un diagnóstico de simples números, sino palpado
directamente de la angustia de ese venezolano que
ha sido literalmente olvidado por el gobierno que
más recursos económicos ha tenido en nuestra historia
Bien que lo ha dicho el candidato del Comando Venezuela durante
este mes: muchos de los sitios visitados están
recibiendo a un candidato presidencial por primera vez en muchos años. No
parecen estar en los mapas de quienes piensan en
conquistas internacionales o universales pero se olvidan de sus compatriotas,
con quienes es su primer y único deber. Y exigen a los ciudadanos
vestir de un color en particular para merecer ser vistos por el poder.
Otra de las conclusiones de este primer mes de campaña se
sintetiza en la frase del aspirante presidencial: “mi lucha es contra el hambre y la inseguridad, no contra alguien en
particular”.
Esta afirmación es todo un lineamiento de hacia dónde debe
dirigirse la energía de la nueva administración que tendrá Venezuela muy
pronto. Hay que definir con meridiana claridad
quiénes son los enemigos de los venezolanos. No es el Imperio,
ni el capitalismo, ni ningún individuo en
particular. Son las carencias, las necesidades, las que no han sido atendidas
en casi 15 años por andar persiguiendo molinos de viento.
Quizá el grito más impactante
–y más repetido- que ha escuchado Capriles en
este mes es el de “nos están matando”. Y la respuesta ha sido: si quieren ver
el fracaso de este Gobierno para erradicar la violencia,
visiten una cárcel las cuales están llenas de jóvenes que crecieron durante
este Gobierno y nunca tuvieron la oportunidad de cambiar su destino por un
futuro mejor.
Luego está la ironía de un gobierno que promete salvar al planeta pero
no se da cuenta de cuántos venezolanos se acuestan sin haber comido.
Compatriotas que no existen.
Otra de las tantas cruces que cargan los venezolanos es la de los apagones. En los postes no hay
luz pero sí hay afiches del candidato oficialista. Es un problema que el
gobierno ignora, cuya responsabilidad evade, del cual echa la culpa a iguanas o a fenómenos climatológicos. Jamás a la falta de previsión y de
mantenimiento.
Capriles ha visitado ya 20 estados
venezolanos en el primer mes de campaña y al ritmo que lleva, se espera que
supere los 300 pueblos antes del 7 de octubre. Se seguirá adelante y se
multiplicará este número; pero lo más importante es el conocer de primera mano
los problemas y la verdadera y honesta voluntad de solucionarlos.
*Candidato a Alcalde de
Baruta por la Unidad
*Twitter: DavidUzcategui