Lunes 20 de agosto de 2012
El
siglo XXI, en el cual el planeta
puso pie firme hace más de una década, trae entre
sus muchas características particulares la creciente conciencia
de la necesidad de reciclar nuestros desperdicios para hacer viable la existencia futura de la humanidad.
Sin
embargo, no es a ese reciclaje al cual nos vamos
a referir, aunque es una ocasión para comentar que estamos en Venezuela muy lejos de avanzar en esa cultura tan
urgente. El municipio Libertador,
por dar un ejemplo, se ahoga en basura y aún su alcalde no ha renunciado como prometió hacerlo si el
problema lo desbordaba.
Hoy
queremos hablar del reciclaje de promesas por
parte del candidato presidencial del oficialismo.
Y es que catorce años en el
poder para ejercerlo sin eficiencia,
solamente pueden llevar al callejón sin salida de prometer y volver a prometer
lo jamás cumplido.
Uno
de los grandes problemas que padece la estrategia roja de cara a las próximas
elecciones del 7 de octubre es el volver a repetir las tácticas que les hemos
visto una y otra vez, que ya no despiertan factor
sorpresa, que no convencen y que por tanto ven
descubierto su artificio y su andamiaje de falsedad.
Por
ejemplo, la página web Impacto CNA destaca al
respecto que el nuevo proyecto de gobierno contempla “desencadenar nuestro
potencial agro productivo” a fin de alcanzar la “soberanía alimentaria”, para
lo cual, entre otras medidas, se impulsará “la agricultura
familiar, campesina, urbana, periurbana e indígena, para garantizar al
menos un 50% del volumen de la producción total”.
Agrega la misma
fuente que durante los trece años que ha estado en el poder Hugo Chávez ya ha intentado desarrollar la agricultura
con estos métodos, a través la lucha contra el latifundio, expropiación de
tierras, el plan conuco, gallineros verticales, rubros bandera, fundos
zamoranos, entre otros.
Sin embargo, lo
más reciente que ha hecho el gobierno al respecto, es lograr el ingreso al Mercosur, bajo el lamentable argumento de que “ahora
podremos importar en mejores condiciones”, con lo cual se reconoce con descaro
pleno la “agricultura de puerto” que caracteriza a esta administración.
Otra perla: “De acuerdo a la oferta electoral de Hugo Chávez, para
el 2019 el país producirá 6 millones de barriles diarios, meta que fue
planteada en los Planes Estratégicos de Pdvsa
2006- 2012 y debió lograrse este año, en el que la empresa
anuncia que finalizará con una producción de 3,5 millones de barriles cada
día.”
Primero Justicia también ha hecho un seguimiento a las promesas
recicladas del candidato-presidente y ha identificado un total de 55. En este
estudio se evidencia que en el acto del inicio de la campaña electoral para la
elección presidencial, en Maracay, Chávez dijo
que entre 2012 y 2013 cancelará las prestaciones sociales y cubrirá al país de
ferrocarriles.
El diputado Julio Borges indicó que en 2010 se suspendió la
construcción del ferrocarril en el tramo que
conecta Guárico, Aragua y Carabobo,
por la deuda de 1.300 millones de dólares del Gobierno
con la empresa Consorcio Contuy.
La gente lleva cuenta de estas y de muchas otras promesas
recicladas y sin cumplir. Leva cuenta también del deterioro de su entorno, de
su comunidad, de su calidad de vida. Muchos venezolanos ya le han apostado una
y otra vez a estas promesas recicladas y saben que no se materializarán jamás.
Llegó pues el momento de poner punto
final al eterno carrusel de promesas recicladas. El 7 de octubre es el día de
hacer borrón y cuenta nueva.
*Candidato de la Unidad por Baruta