lunes, 23 de julio de 2012

El candidato de carne y hueso

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DAVID UZCÁTEGUI | Concejal de Baruta
Lunes 23 de julio de 2012
 
Con algo más de dos semanas de la campaña oficialmente iniciada, los venezolanos ya pueden ver con plena claridad los matices contundentemente definitorios de ambas propuestas políticas para elegir una de ellas el 7 de octubre.
 
Henrique Capriles Radonski ha demostrado en estas tres semanas que es un hombre de trabajos y de hechos. Se ha dado a la titánica tarea de recorrer 61 poblaciones en 15 días y la ha coronado exitosamente.
 
Los electores celebran el hecho de contar con un candidato de carne y hueso, lo ven recorriendo las calles de sus localidades, en su casa por casa, en su pueblo por pueblo. Y no es cosa de un día ni de dos. Capriles tiene ya varios meses en esta labor de acercamiento personal al ciudadano, como una contrastante alternativa al avasallante poder mediático que abusa de las cadenas presidenciales, de los recursos del Estado, de los medios de comunicación oficialistas que deberían estar al servicio de todos los venezolanos y no para vanagloriar a un individuo o para promover su opción política, y menos aún para insultar, descalificar y difamar a ningún venezolano por pensar distinto.
 
La gente acompaña al candidato de la unidad en la calle, y eso se ve, eso molesta, eso inquieta en el poder. Hay entusiasmo y ambiente de fiesta, de optimismo, de fe en el futuro.
 
Por otro lado, el candidato presidente logra una presencia que aturde en pendones, afiches, murales y demás artilugios publicitarios que dan cuenta del derroche de los dineros públicos, de los cuales no se rinde cuenta alguna, pero es claro que el individuo, el de carne y hueso, no está en la calle.
 
El candidato rojo se ha hecho de una atalaya a su alrededor, la atalaya del poder, que hace inalcanzables a quienes se acostumbran a mandar y se marean con ello. Lamentablemente escucha nada más al séquito de adulantes que, en lugar de comunicarle verdades, prefieren decirle solamente lo que él desea escuchar, con lo cual podrán mantener sus cómodas posiciones burocráticas.
 
 Las escasas apariciones del mandatario aspirante a la tercera reelección, al cuarto mandato, a veinte años en el poder, son siempre en lo alto de una carroza, de un trono, separado de sus súbditos y hablando desde su pretendida grandeza con prepotencia y sin sensibilidad.
 
Las numerosas acciones de calle de Capriles han presentado a un joven enérgico, que apenas llegó a los 40 años la semana pasada, con un lenguaje sencillo, claro, que llega al pueblo porque va dirigido a solucionar sus problemas más graves, los cuales están a la vista de quien desee verlos… pero falta la voluntad de ver.
 
Aquí no hay diatribas de capitalismo, ni de imperio, ni complicados discursos que buscan colarse en la geopolítica mundial para ganar titulares de prensa internacional. Aquí o que hay es el propósito de colocar esa fuerza y esa energía que el candidato de la alternativa democrática ha desplegado en la campaña, al servicio de esos problemas claramente delimitados e identificados: seguridad, empleo, salud, educación, costo de la vida, calidad de vida. En una palabra: progreso.
 
Mientras el presidente que se cree monarca habla todo el tiempo de él mismo, el candidato del futuro –el flaco, como le dice la gente- te habla de ti, de tus angustias y de su propósito de solucionarlas con la juventud y fuerza que todos lo hemos visto desplegar. Y te habla en tu comunidad, cara a cara. Es un venezolano de carne y hueso trabajando por todos nosotros. Los dioses están en el Olimpo, no en el oficio político.

*Candidato a Alcalde de Baruta por la Unidad
*Twitter: DavidUzcategui
 
 
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