miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Nos vamos o nos quedamos?

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DAVID UZCÁTEGUI | Concejal de Baruta 

Lunes  13 de mayo de 2012






Se dice que la vida política es pendular y esa afirmación es particularmente cierta en medio de la intensidad de los tiempos que vivimos los venezolanos. Lo que un día es bueno, al otro es malo y viceversa. Lo interesante es que no necesitamos cambiar de gobierno ni que llegue al poder el contrario para observar esta situación.
Y esta afirmación la hacemos a propósito de lo que estamos presenciando en estos días con la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. Lo primero que hay que recordar es que se trata de un organismo adscrito a la Organización de Estados Americanos, por lo cual al situación no se puede evaluar aislándola de un contexto mucho más complejo.
Sin duda hay que tener en cuenta que somos miembros de dicha organización y que la complejidad de las relaciones internacionales del continente –como lo son las relaciones en cualquier organismo que agrupe un colectivo de Estados- lleva a la conclusión de que no son para nada fáciles de romperse.
De nuevo el gobierno actual intenta accionar de acuerdo a la contingencia, perdiendo de vista los antecedentes, el entorno y las consecuencias; lo cual es para nosotros uno de sus más graves defectos.
Y esto lo decimos a propósito de que la OEA y sus organismos dependientes han asumido en estos trece años posiciones que en algunas oportunidades favorecen a la actual administración, mientras que en otras la condenan.
Y es así como en unos momentos se cita la posición favorecedora que arrima para el brasero oficialista, mientras en el caso contrario se hace el respectivo escándalo y se amenaza con la patada al tablero.
Evidentemente estamos en el segundo caso en estos momentos. Por lo cual convendría llamar al gobierno a la ponderación y a la sensatez.
El sistema interamericano ha costado décadas y trabajo arduo. No es perfecto pero sí perfectible. Y para colmo el régimen ha fallado en todos sus intentos de constituir lo que podíamos llamar un sistema interamericano paralelo.
Hasta los aliados más incondicionales del mandatario venezolano son prudentes al ser llamados a condenar a estas organizaciones. Y los más prudentes entre ellos prefieren llamar a la conciliación públicamente, defender sus virtudes y apostar a su perfectibilidad.
Digamos que, a pesar de esto, el actual gobierno venezolano se sale con la suya –o con la que quiere en el momento- y abandona la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Habría mucha tela que cortar.
Primero, porque tal decisión tarda varios años en hacerse efectiva después de ser tomada. Luego, porque quedaríamos aún involucrados con otros entes internacionales cuyas legislaciones y regulaciones son bastante similares, por no decir exactas, ya que se trata de principios jurídicos internacionales. Y finalmente, hay que recordar que todos estos tratados tienen rango constitucional y que la misma Carta Magna tiene en su letra estos mismos principios.
Es decir pues, estamos atrapados –para bien- en una red, una madeja jurídica que hace extremadamente largo y complejo el propósito de pretender ponerse al margen.
Quizá se trate del recalentamiento habitual de estos tiempos y la cosa quede así. Ojala prive el criterio sensato. Quizá se dispare un proceso de separación cuya complejidad lleve a los cerebros de la revolución a preferir dejarlo así.
O quizá suceda algún imprevisto que lleve al gobierno nacional a una nueva luna de miel con el sistema interamericano que ha tratado de torpedear y clonar según sus particulares intereses. Por supuesto, estamos a la expectativa.

*Candidato a Alcalde de Baruta por la Unidad
*Twitter: DavidUzcategui
 
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