La casa que vence la violencia

DAVID UZCÁTEGUI | Concejal de Baruta  

Lunes 18 de diciembre de 2011

Casi década y media de gobierno chavista nos ha acostumbrado a mantenernos en una permanente zozobra, con varias noticias realmente dignas de ser calificadas como increíbles cada semana.

Entre las que protagonizaron estos días destaca la violencia desatada en la Universidad Central de Venezuela en pleno proceso comicial. Los resultados no favorecieron al oficialismo, reiterando el rechazo que la manera roja de gobernar provoca en la principal casa de estudios venezolana.

El conteo de votos se vio sobresaltado por la llegada de violentos, la destrucción de las máquinas y un incendio a las puertas del Aula Magna.

Como suele suceder en estos casos, la inacción y el tibio pronunciamiento por parte de autoridades gubernamentales nacionales nos dieron el mal indicio de que al gobierno no le interesa mucho esclarecer el problema.

Eso sin contar las consignas “revolucionarias” que gritaron los facinerosos, lo cual siempre se podrá calificar como “un montaje”, quién sabe si de las mismísima CIA.

En todo caso, los casi tres lustros del gobierno han estado signados por la violencia como cotidianidad. Por una violencia que parece tener nombre y apellido, firma roja en unos casos; y en otros parece operar por su cuenta ante la mirada indiferente –y por lo tanto irresponsable- del gobierno.

Se dice que la UCV es una representación en micro del país. De su sentir, de lo que piensa, de lo que se mueve bajo su piel. De ser así –y pensamos que lo es- la violencia y la fuerza son altamente rechazadas.

A nadie, ni al chavista más recalcitrante se le ha ocurrido jamás lanzarle a la UCV el epíteto de oligarca o derechista, o cualquiera de los descalificativos que siempre cargan en el morral.

Lejos de ello, el gobierno tiene mucho que aprender de la actitud igualadora, de la generación de oportunidades, de la democracia y del progreso que ha traído la UCV la los venezolanos.

Ha recibido estudiantes de todos los rincones de la patria y el único requisito es haber demostrado excelencia en sus estudios. Les abre oportunidades a través del conocimiento y del estudio y son innumerables los compatriotas que han logrado saltos cuánticos en su calidad de vida gracias a haber pasado por sus aulas.

Esa es la verdadera vía para vencer la pobreza y la miseria que al gobierno solamente le interesa como insumo para sus espectáculos televisivos en cadena nacional: el estudio, el trabajo, y –palabra muy odiada en Miraflores- la meritocracia.

Atentar contra los bienes y la integridad de la institución que más progreso ha traído a los venezolanos no puede sino generar el más contundente rechazo. Y quienes pensaban doblegar a los ucevistas a través del miedo, se equivocaron, de la misma manera que se equivocan quienes piensan que con la guerra del terror sicológico quebrarán moralmente a los venezolanos.

Al igual que en la UCV, en el país es contundente la mayoría de quienes nos anotamos en el progreso, el trabajo, el estudio y la paz. Es hora de enterrar los trasnochados manuales que envían las “amistades peligrosas” con métodos que no resultan en Venezuela y que seguirán destinados al fracaso.

*Presidente del Concejo Municipal de Baruta

*Twitter: DavidUzcategui