DAVID UZCÁTEGUI | Concejal de Baruta
Lunes 31 de Octubre de 2011
El retruécano gubernamental de las inhabilitaciones se
derrumba como un castillo de naipes. Tan descabellado recurso para torcer a su
antojo la vida política del país no podía tener mayor vida ni futuro y ya le llegó
su momento de convertirse en sal y agua.
Incontables han sido las argucias del actual régimen
para hacerse con el monopolio del poder y el bajo recurso de las
inhabilitaciones arbitrarias es apenas uno de ellos. Me toca hablar de este
porque fui su víctima, o mejor dicho, pretendieron hacerme víctima del mismo. Y
pido licencia a mis habituales lectores para expresarme en primera persona en
esta oportunidad.
Desde que empezó la ola de inhabilitaciones, sugerida
al gobierno por quién sabe cuál cerebro seudo jurista, se ha insistido en
intentar razonar para colocar en su justa dimensión esta locura, hoy probada
como tal. Solamente se puede despojar de tales derechos a quienes tengan
sentencia firme.
Irónicamente, fue este el razonamiento que sirvió para
que el actual Presidente de la República se postulara en las elecciones de
1998, ya que jamás hubo sentencia firme en su contra por la asonada militar que
protagonizó en 1992.
Sin embargo, las autodenominadas revoluciones
pretenden reescribir la ley, y así como es de lamentable recuerdo la lista
Tascón, también lo será esta arbitraria medida del fallecido contralor
Clodosbaldo Russian que pretendió intervenir en el derecho a elegir y ser
elegido sin argumento sólido alguno.
Lo cierto es que, tras intentar infructuosamente
obtener justicia en nuestra tierra, ha sido la Corte Interamericana de Derechos
Humanos la que ha dado su justa dimensión a lo indefendible. Y tiene rango
constitucional el obligatorio cumplimiento de los convenios y tratados
internacionales.
La noticia fue recibida con estupor por el gobierno,
aunque era obviamente esperada. Algunos trataron de razonar sin conseguir base
alguna y terminaron entrampados en sus propias palabras. Otros tantos
sencillamente se dejaron llevar por la ira pura.
Sin embargo, los días han decantado las pasiones
inútiles y han dejado en el ambiente el razonamiento más sano: la sensatez.
El hecho cierto al sol de hoy, es que los llamados
“inhabilitados” no tenemos ningún tipo de trabas para inscribirnos ante el
Consejo Nacional Electoral. Para decirlo más claro: ya no somos esos
“inhabilitados”. Se derrumba otro intento de discriminación y segregación en un
país que no acepta este tipo de jugadas.
En la tabla de objeciones del Registro Electoral fue
retirado el llamado Código 8, el cual ha impedido la inscripción de varios
aspirantes en el pasado. Dicho código aplicaba a los denominados “inhabilitados
administrativos”, a diferencia del Código 7, destinado a los inhabilitados
políticos.
En síntesis, quienes fuimos objeto de esta invención
que quedará para el mal recuerdo, vamos a ejercer nuestro derecho a elegir y
ser elegidos. Y en el caso particular de quien suscribe, vamos a presentar
nuestra propuesta para optar a la Alcaldía del municipio Baruta, donde hemos hecho vida política por más de una
década, alcanzando cargo de representación popular en el Concejo Municipal de
Baruta por dos períodos consecutivos y encontrándonos actualmente al frente del
mismo.
Esta aspiración se concretará a través de la Mesa de la Unidad Democrática y en el proceso de
Elecciones Primarias, pacto modelo de las fuerzas democráticas nacionales para
ofrecer a los venezolanos una alternativa de país. Nos vemos en las Primarias.
*Presidente del Concejo Municipal de Baruta