jueves, 6 de octubre de 2011

Art. de Opinión: Cuentas claras con Guyana

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DAVID UZCÁTEGUI | Concejal de Baruta  
Lunes 03 de Octubre de 2011


En medio de la vorágine que es la vida de los venezolanos, provocada por un gobierno que piensa que puede sacar beneficios del caos, nos enteramos ingratamente de que nuestra soberanía sobre el territorio que tenemos en reclamación con Guyana está en entredicho.
La nación vecina pretende modificar los límites de su plataforma continental en una forma que nos afecta, y aparentemente procedió sin participarnos la iniciativa. Esto no es sino la consecuencia de una suma de errores diplomáticos cometidos por el gobierno chavista y, más grave aún, por el primer mandatario en persona.
Diplomáticos y especialistas en relaciones internacionales recogen el largo y tortuoso camino de nuestro justo reclamo, casi perdido en 1899 a la luz de negociaciones oscuras entre Gran Bretaña y Rusia; para luego conseguir la reactivación de dicho reclamo en 1966, lo cual había dejado una rendija abierta.
Rendija que fue cerrada en 2004, cuando Chávez manifestó que no le importaba que el gobierno de Guyana otorgara concesiones en el territorio en reclamación. Remató en 2007, asegurando que tal reclamo había sido activado por presiones de Estados Unidos. Obsequió así con lazo y todo un territorio que ha sido arduamente luchado por décadas. Por tales declaraciones se le ha solicitado que desista en nombre de Venezuela, de seguir reclamando el mencionado territorio. Y luego habla de patria y soberanía...
El reclamo venezolano está en entredicho por impericia, porque padecemos un gobierno donde es más importante la lealtad a una ideología trasnochada que la formación profesional, porque se ha desmantelado la carrera diplomática en Venezuela, convirtiendo sus cargos en un sistema de premios y castigos que se basa en parámetros políticos y no de excelencia profesional. Porque todas las decisiones se miden con el fantasma del “Imperio” y no con la conveniencia de la patria y sus ciudadanos.
Porque estamos en una administración que de forma confesa se ocupa solamente de atornillar en el poder a una revolución –o lo que es lo mismo, atornillar a su caudillo-, en lugar de ocuparse de trabajar, de los miles de asuntos que son la tarea y el deber de un gobierno para asegurar el bienestar ciudadano y defender la integridad de un país.
La palabra “soberanía” es frecuentemente manoseada como un comodín para discursos kilométricos, repetitivos y vacíos; pero no se tiene en cuenta cuando de verdad está en juego: en numerosos casos como la entrega de la cedulación venezolana a Cuba o el vergonzoso caso que hoy nos ocupa, el cual no solamente pone en juego una parte importante de nuestro territorio, sino que además nos deja como unos auténticos ineptos ante la comunidad internacional.
Dice la cancillería que el gobernante "ha implementado hacia Guyana una política correcta de paz, soberanía, y respeto al Derecho Internacional, que contrasta con las viejas actitudes guerreristas y amenazantes de la burguesía venezolana, cuyo único objetivo era hostigar a gobiernos progresistas de esa hermana República, conforme a los designios de los centros de poder imperiales".
Tales palabras van impregnadas del sesgo ideológico que termina estorbando y torciendo cualquier política de esta administración. No hay mucho más que decir. Solamente que quienes gobiernan hoy deben rendir cuentas mañana y que aún están a tiempo de evaluar el calibre de sus equivocaciones.
*Presidente del Concejo Municipal de Baruta
*Twitter: DavidUzcategui
 
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