miércoles, 22 de junio de 2011

Art. de Opinión: ¿Y dónde está el piloto?

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DAVID UZCÁTEGUI | Concejal de Baruta  
Miércoles 22 de Junio de 2011


Este era el título de una famosa comedia cinematográfica; sin embargo nos permitimos utilizarlo para algo extremadamente serio. El vacío de información que existe alrededor del Presidente de la República.

La historia oficial nos dice que el mandatario enfermó repentinamente en Cuba, fue operado, salió bien y se quedó de reposo en el lugar de la operación. El mismo salió al aire vía telefónica por una televisora del Estado –de las utilizadas para propaganda gubernamental- y aparte de tranquilizar inquietudes con su participación, dijo al menos un par de cosas extrañas.
La primera, que había sido operado de un absceso pélvico, pero que no había infección. Consultada la omnipresente Wikipedia, conseguimos que “Un absceso es una infección e inflamación del tejido del organismo caracterizado por la hinchazón y la acumulación de pus.” Es decir, absceso es sinónimo de infección. O los médicos cubanos no son tan buenos en su oficio como dicen o el Presidente entendió mal el parte médico.
La segunda afirmación que causó extrañeza, fue que no sabía cuándo regresaba. También deja pensando, porque si el problema era simplemente el absceso, es una intervención relativamente menor y se puede hacer una predicción de cuántos días llevará la recuperación, con un razonable margen de error.
Vamos a aprovechar para aclarar el significado de la palabra “mandatario”. Se trata de un término legal que involucra una relación entre mandante, mandatario y mandato. Los mandantes somos nosotros, los venezolanos, todos. Aún quienes no votamos por él. Nosotros le entregamos un mandato y el es el mandatario, es decir, la persona encargada por nosotros para ejercer el mandato. No es quien nos manda: es nuestro empleado. Debe ejecutar el mandato que le entregamos y rendirnos cuentas por él, ya que somos sus mandantes.
El primer empleado de la República pues, no puede ausentarse alegremente de sus funciones, es nuestro empleado. Y como cualquier empleado tiene pleno derecho a enfermarse, a guardar reposo, a ausentarse previamente unos días –previa autorización- a pedir un reposo justificado, a ser sustituido temporal o definitivamente en caso de que la incapacidad trascienda. Es una relación laboral, ni más ni menos.
Como mandantes tenemos varias exigencias. Es nuestro derecho conocer su real estado de salud y por cuánto tiempo estará ausente. Es derecho y es deber que sea suplido en esos días. Lo haría el vicepresidente, que es el mecanismo constitucional dispuesto y para colmo, es hombre de confianza del Presidente, nombrado por él mismo y no por voto popular, como sucede en otras naciones. Así que no tiene razón de ser la molestia del oficialismo ante esta exigencia basada en la ley: sería sustituido por uno de lo suyos.
Y si la ausencia se prolonga –a lo cual no hemos llegado, esperemos estar ante el río para cruzarlo- hay otras disposiciones constitucionales.
Por si fuera poco, el país se encuentra muy lejos de estar “excesivamente normal”, como reza la triste frase aquella. Recibimos la noticia de la intervención presidencial en medio de graves fallas eléctricas, donde destacó la de Maracaibo que abarcó casi tres días antes de ser restablecida totalmente; y una de las peores masacres vistas en la ya muy lamentable historia de las cárceles venezolanas.
El limbo alrededor de la figura presidencial, prolongado adrede por la incondicional bancada oficialista de la Asamblea Nacional, no hace sino enrarecer más el complejo ambiente.
Exigimos al Presidente y a sus funcionarios -nuestros funcionarios- informarnos detalladamente la verdad y cumplir la Constitución Nacional. Nada más. Por ahora.

*Presidente del Concejo Municipal de Baruta
*Twitter: DavidUzcategui

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