DAVID UZCÁTEGUI | Concejal de Baruta
Jueves 26 de mayo de 2011
La reaparición del primer mandatario nacional tras un breve reposo por motivos de salud significó sin duda un refrescamiento en su imagen. Ciertamente, estaba reiterativo en sus mensajes –mal que padece desde hace 12 años- y hasta sus más fervientes seguidores necesitaban un receso.
Más allá de los motivos de salud que pudieron haber originado ese paréntesis, sin duda hubo una vuelta de tuerca en la estrategia de comunicación presidencial. Si algo tienen claro el Presidente y su equipo es que no importa tanto lo que haga en la realidad como lo que los medios reseñan que hace.
El primer punto al respecto fue el efectista uso de su cuenta de twitter @chavezcandanga, con lo cual el mandatario anti globalización demostró una vez más que disfruta enormemente de todo lo que condena. Y el twitter no es el único caso. Su equipo de comunicaciones recomendó crear la etiqueta #palantecomandante, cosa de dejar constancia en el ciberespacio de cuántos seguidores lo apoyaban. Pero el tiro salió por la culata: la mencionada etiqueta fue utilizada más bien para hacerle llegar quejas y angustias. Posteriormente, la esperada reaparición del líder se dio con muletas. Circunstancia insólita si tomamos en cuenta que hablamos de un personaje empeñado en venderse como hombre fuerte.
Pero la lectura no es tan fácil. Dentro de su astucia para manipular códigos comunicacionales, él sabe muy bien cuándo hacerse la víctima. Lo hace cada vez que echa mano de la crisis de abril de 2002 –con crucifijo o sin él-, también lo hizo en la campaña electoral de 2006, cuando dejó de lado el rojo para vestirse de azul e incluso alegó que todo lo había hecho por amor.
Pero la lectura no es tan fácil. Dentro de su astucia para manipular códigos comunicacionales, él sabe muy bien cuándo hacerse la víctima. Lo hace cada vez que echa mano de la crisis de abril de 2002 –con crucifijo o sin él-, también lo hizo en la campaña electoral de 2006, cuando dejó de lado el rojo para vestirse de azul e incluso alegó que todo lo había hecho por amor.
Así que muy lejos está la aparición en muletas de ser casual. Recordemos que, al referirse al funcionario, el escritor Alberto Barrera Tyzska dijo que, muy a su pesar, “está más cerca de Delia Fiallo que del Che Guevara”.
Y el empaque estuvo muy bien estudiado, como corresponde a un líder político con sentido del espectáculo. Fue en el balcón del pueblo, al mejor estilo de Evita, una de las más emblemáticas divas de la política continental, cara al proceso revolucionario venezolano, empeñado en alabar a su esposo Juan Domingo Perón. Punto para la escenografía. Otro punto va para el vestuario, un mono que recuerda las apariciones de Fidel –otro ícono del imaginario chavista- tras reveses de salud para demostrar que está más fuerte que un roble.
Pero, más allá del empaque vamos al contenido. El primer empleado de la República se vio en la obligación de bajar los recursos a las regiones que desesperadamente reclaman lo que les pertenece, y que son más necesarios ahora tras la devastación de las lluvias. Por supuesto no faltó ese aire de concesión graciosa para unos recursos que son de todos los venezolanos y que deberían llegar en mayores cantidades y sin contratiempos. Es la ley y punto.
Al parecer ya no resulta del todo efectiva la táctica de asfixiar a gobernaciones y alcaldías que no le son leales con el retraso de la entrega de los recursos. El caos es general, y quien tiene todo el poder tiene también toda la responsabilidad. Quién es el poderoso es algo que se encuentra claro para todos los venezolanos.
David Uzcátegui
Presidente del Concejo Municipal de Baruta
Twitter: DavidUzcategui
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