martes, 10 de mayo de 2011

Art. de Opinión: Misión Sin Techo

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DAVID UZCÁTEGUI |  EL UNIVERSAL
martes 10 de mayo de 2011  

Si algún talento tienen los forjadores de la política comunicacional del actual gobierno, es el de crear nombres. Lo acabamos de ver con la Gran Misión Vivienda Venezuela, lo cual suena realmente épico. 


Ojalá que a un apelativo tan altisonante correspondieran con hechos igualmente contundentes. Pero como se dice por ahí, el mejor profeta del futuro es el pasado, y por ello nos permitimos pensar que sucederá muy poco bajo el paraguas del ingenioso apelativo. 

Por ejemplo, nos preguntamos qué sucedió con la ya engavetada Misión Hábitat, otra denominación que parecía revestida de la dignidad que urge a millones de venezolanos que no tienen techo o padecen la precariedad del que les tocó en suerte. 

No es la primera vez que un anuncio gubernamental hecho con bombos y platillos muere de mengua, para ser sustituido tiempo después por otro diferente, con nuevo nombre, pero que pretende solucionar las penurias que el anuncio anterior dejó pendiente. 

Es la misma página web de la Misión Hábitat la que nos recuerda el artículo 82 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: "Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada, segura, cómoda, higiénica, con servicios básicos esenciales que incluyan un hábitat que humanice las relaciones familiares, vecinales y comunitarias. La satisfacción progresiva de este derecho es obligación compartida entre los ciudadanos y ciudadanas y el Estado en todos sus ámbitos". 

Se pregunta uno qué ha sucedido en doce años, tiempo más que suficiente para haber revertido la tendencia negativa en construcción de viviendas y cumplir con una carta magna que enarbolan a conveniencia y que esconden cuando les echa en cara sus propios fracasos. 

La misma página de la Misión Hábitat cita que "Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el déficit habitacional supera el millón 800 mil viviendas, y 60% de las existentes necesita ser mejorada o ampliada. Incluyendo las viviendas ubicadas en lugares de alto riesgo o con servicios y ambiente deficientes, el déficit sobrepasa los 2 millones 500 mil". 

No se trata de llevar la contraria al Gobierno porque sí. Es el simple caso de exigir una explicación de por qué tan lamentable estado de cosas no ha mejorado en casi tres lustros de poderes plenos para un mandatario, de ingresos petroleros como jamás los ha habido antes en nuestra nación. 

El problema de techo no es para el 2021, es hoy. No ganamos nada con estrenar anuncios, cuando se acumulan doce años de trabajo atrasado. Y eso no se esconde con lemas ni con canciones. El pueblo puede dar un cheque en blanco una vez, dos veces... Pero al cobrar, cobra. 

Se ofrecen millones de casas, pero para después, en un futuro. Todo en la revolución queda para después. No importa que pasemos hambre, que estemos desnudos. Todo será mejor mañana. "Con hambre y desempleo con Chávez me resteo", se han atrevido a gritar. 

Nos preguntamos cuál es la utilidad de todo esto. Es decir, aparte de mantener en el poder a un mismo hombre hasta el infinito. Porque las promesas de que en el año tal o cual se resolverá la crisis de techo, pasan por el chantaje de mantener en el poder al mismo gobernante; por el mensaje implícito de que, si se va, las viviendas no llegarán. 

Levante la mano quién le cree después de doce años de demostrada ineficiencia

Presidente del Concejo Municipal de Baruta
*Twitter: @DavidUzcategui

www.daviduzcategui.org

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