jueves, 31 de diciembre de 2015

“Con la mirada en el 5”

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David Uzcátegui
@DavidUzcategui

Cuando ya vamos de salida de las fiestas de estas fechas, los ojos de todos los venezolanos se sitúan en el día cinco del mes de enero, fecha de instalación de la nueva Asamblea Nacional. Si bien los resultados electorales del pasado 6 de diciembre trajeron alivio y paz a la ciudadanía, no hemos dejado de sentir la turbulencia en el mar de fondo en las semanas posteriores.

Y es que la reacción del oficialismo ante los resultados electorales ha sido variopinta. Desde quienes asumen los errores cometidos en la tolda roja y quienes reconocen que esta vez el favor del electorado no estuvo con ellos: hasta quienes permanecen aún en negación frente a la nueva realidad política nacional. Por ello, el panorama noticioso ha estado particularmente movido para encontrarnos en ese valle entre el final de un año y el comienzo de otro.

En cuanto a quienes obtuvieron la victoria, también se ha sentido el movimiento en estos días. Desde la bancada de la Mesa de la Unidad Democrática, ya se está haciendo el trabajo, porque sabemos que el nuevo parlamento tendrá una agenda tan enorme como compleja. Citando las palabras del secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús “Chúo” Torrealba, lo que se celebrará el 5 de enero, “es una fiesta de la República, de todos los que queremos paz, progreso, bienestar y sosiego en Venezuela”. También dijo el vocero que “El civismo va a operar el próximo 5 de enero”.

Primeramente, llegarán al Capitolio con un Presidente del Legislativo ya elegido, lo cual reducirá la expectativa al respecto y les ahorrará un paso en el trabajo a abordar desde ese primer día en funciones.

Luego, se está elaborando desde el mismo momento del triunfo, el cronograma de los asuntos a abordar. Y si bien es importante destacar que el Legislativo no es omnipotente ni todopoderoso, también es necesario no perder de vista el peso que este cuerpo colegiado tiene en la vida nacional.

Es importante salirle al paso a las falsas expectativas; como también es necesario evitar la descalificación o minimización de este triunfo de la Unidad.

Será una vez que asuma el nuevo cuerpo legislativo cuando podamos conocer a ciencia cierta cuáles puntos de la agenda serán priorizados; pero se habla de los aspectos económico y social, que sin duda van estrechamente ligados.

El reelegido diputado Tomás Guanipa señaló que ese nuevo Parlamento promoverá “lo hecho en Venezuela” y normas que reviertan los procesos de expropiación de empresas que se han llevado cabo en los últimos años, para entregarlos en manos que puedan hacerlas productivas.

Sin duda, las acciones de este nuevo período parlamentario, deben estar entonces dirigidas al abastecimiento de alimentos y medicinas, para satisfacer los requerimientos de los venezolanos en estos dos vístales rubros.

También se debe recordar la capacidad de este ente en cuanto a la supervisión del presupuesto nacional y su ejecución. Un tema que debe tener la lupa encima, al ser ya de todos conocida la drástica caída en los precios petroleros, que son los que nos proveen de la casi totalidad de nuestros recursos. Será urgente sin duda redistribuir –otra “R”- los ingresos, con la vista puesta en defender el bienestar de la gente.

Por otro lado, pensamos que el oficialismo, en medio de sus reacciones diversas y adversas, está perdiendo el foco de lo que es la realidad el más importante activo político que tienen en sus manos: existe una numerosa bancada roja en la nueva Asamblea Nacional. Son nada más y nada menos que la segunda mayoría del país.

Y este es un poderoso instrumento para trabajar por la recuperación del favor de sus electores, siempre y cuando sea utilizada en el marco de la institucionalidad y de los usos democráticos. Demás está decir que se trata de un deber para con los electores que les dieron su confianza y que no quieren verlos actuando en ninguna otra instancia que no sea esta, la que es, por cierto, la única y la más perfecta para marcar la convivencia y el diálogo entre dos visiones de nación.

Quizá –y ojalá- esta bancada de diputados de la tolda roja pueda ser el depositario de las conclusiones de ese grupo de partidarios del gobierno que han optado por la sincera autocrítica como punto de partida para que su movimiento político trascienda. Y sin duda sería una instancia a través de la cual pueden rectificar, una palabra que ellos mismos han puesto sobre el tapete, retomándola de momentos adversos del pasado, en los cuales el mismo fallecido presidente Hugo Chávez la posicionó en la opinión pública.

No hay que reinventar el agua tibia. Allí está la institución idónea para el entendimiento, el diálogo y el proyecto común de país. Renovada por la ciudadanía. Solamente hay que ponerla a andar.


 
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