sábado, 22 de diciembre de 2012

Noche de Paz

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DAVID UZCÁTEGUI | Concejal de Baruta
Lunes 24 diciembre de 2012
 
Sí, ese es el título de la más famosa canción de Navidad. Y puede parecer un lugar común pero es una aspiración. Un deseo, una urgencia de la humanidad. Y especialmente de los venezolanos.
Esa noche de paz demuestra que sí es posible generar, a partir de ese sustantivo, un sentimiento incluyente y coordinado, que es común a todos los hombres y mujeres, que quiebra barreras y resistencias, que hace contacto con lo más esencial de nuestras almas, que obliga a la tregua hasta a los más violentos.

La más famosa tregua de navidad de la historia se dio el 24 de diciembre de 1914, en el marco de la Primera Guerra Mundial, en los albores de la primera gran conflagración que demostró hasta dónde podía llegar el odio y los instintos destructivos de los hombres.

Desoída la petición de tregua del Papa Benedicto XV, nadie parecía aspirar ya a que esta pausa de paz se produjera entre los acérrimos enemigos. Sin embargo, el 24 de diciembre, sin acuerdo previo, se detuvo el fuego.
Tropas alemanas y británicas se desearon a gritos y desde la distancia, feliz navidad. Finalmente se acercaron, se abrazaron, intercambiaron whisky y cigarrillos, se dieron permiso entre sí para recuperar los cuerpos de los caídos y darles cristiana sepultura. Se dice que leyeron el Salmo 23 y que incluso jugaron un partido de fútbol, el cual favoreció a los alemanes por 3 a 2.
Este alto el fuego ocurrió contra la voluntad de los altos mandos y demostró la verdadera condición humana en medio de uno de los momentos más adversos de la historia universal.
Y queremos resaltar que invocar la paz en el quehacer político no es una conducta ingenua ni naif. Líderes que han cambiado al mundo se han aferrado tercamente a esta aspiración global para cambiar sus contextos, sus realidades. Desde Ghandi hasta Martin Luther King, desde Malcom X hasta Nelson Mandela. Su valiente constancia se revirtió en hechos y los seres humanos somos más por sus aportes impregnados de sabiduría.
Si por un lado existen y aumentan las guerras, por otro se masifica internacionalmente la cultura de paz. Jóvenes, intelectuales, profesionales, se enrolan en movimiento que rescatan y expanden el conocimiento de estos grandes pacificadores y de muchos más.
Valga la fecha para que los venezolanos reflexionemos con urgencia respecto a este deseo colectivo e inmediato de nuestro gentilicio, más allá de las coyunturas y circunstancias. Por estos días tenemos la oportunidad.
La paz se genera espontáneamente, desde el deseo de cada uno de nosotros y somos capaces de sentar ejemplo, tal cual lo hicieron aquellos soldados de la Primera Guerra Mundial, quienes no fueron a la Tregua por propuesta del Papa sino por su propia convicción. De nada valieron las condenas de sus superiores a la acción y quienes espontáneamente la propiciaron, se encontraron con una sintonía en los sentimientos de sus opuestos.
Señalemos nosotros en estas fechas el camino de la paz. No caigamos en el pozo de la guerra, de la violencia, de la confrontación. El llamado a la destrucción de lo bueno no es con nosotros. Hagamos la diferencia, que estamos en un momento ideal para mejorarla, por más difícil que nos parezca.

*Candidato a Alcalde de Baruta por la Unidad
*Twitter: DavidUzcategui
 
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